EE.UU. impone arancel del 10% a productos peruanos: ¿qué implica para las mipymes exportadoras?
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado una suspensión de 90 días en la aplicación de aranceles adicionales a países que no tomaron represalias contra las políticas comerciales estadounidenses y que han buscado una solución negociada. Esta medida incluye al Perú, ofreciendo una ventana de oportunidad para las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) peruanas que exportan al mercado estadounidense.
Como se recuerda, el 2 de abril Donald Trump anunció que a partir del sábado 5 de abril Estados Unidos iniciaría una política comercial de “aranceles recíprocos” que afecta a más de 180 países, incluyendo a socios comerciales históricos como Perú, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador y Argentina.
La tasa impuesta a Perú en ese entonces fue de 10% y aunque esta representa la tasa más baja dentro del esquema planteado por Estados Unidos en su nueva política comercial, de reinstalarse el arancel, el impacto para las micro, pequeñas y medianas empresas peruanas (mipymes) que exportan a EE.UU. sería significativo. Este mercado concentra más del 30% de nuestras exportaciones no tradicionales, y más del 60% de las empresas exportadoras peruanas que participan en este intercambio son mipymes, muchas de ellas ubicadas fuera de Lima.
Sectores como la agroindustria, confecciones, manufacturas diversas, química, metalmecánica y cuero-calzado forman parte de esta canasta exportadora, que en 2024 generó más de US$6,600 millones. El caso más destacado es el de los arándanos, cuyas exportaciones superaron los US$1,240 millones en ese mismo año. Pero también se registran importantes envíos de uvas, espárragos, textiles de algodón orgánico, muebles, productos plásticos y artículos de decoración.
Muchos de estos productos son generados por empresas ubicadas en regiones como La Libertad, Ica, Lambayeque, Piura, Junín y Arequipa, que han sabido aprovechar su potencial productivo para internacionalizarse. Hoy, ese esfuerzo está en riesgo debido al encarecimiento de sus productos en el mercado estadounidense, lo que podría significar la pérdida de clientes, contratos o canales de distribución.
La nueva política arancelaria de Estados Unidos se basa en la invocación de una legislación estadounidense de 1977 que permite al presidente aplicar medidas comerciales por motivos de seguridad nacional. Esto ha sido utilizado para, en un primer momento, pasar por alto los compromisos del Acuerdo de Promoción Comercial (APC) entre Perú y EE.UU., vigente desde 2009.
Además, el gobierno estadounidense ha señalado una serie de “barreras” que, a su juicio, justifican esta política, entre ellas la moratoria peruana a los organismos genéticamente modificados (transgénicos). Vale la pena aclarar que esta decisión busca proteger la biodiversidad única del Perú, y es parte del posicionamiento estratégico del país como proveedor de alimentos sostenibles y seguros en un contexto global marcado por el cambio climático.
Desde Tangram, consideramos que esta coyuntura es una llamada de atención para redoblar los esfuerzos por elevar la competitividad de nuestras mipymes, fortalecer la calidad regulatoria, diversificar mercados y mejorar la infraestructura que soporta nuestras exportaciones. El mundo está cambiando, y nuestras mipymes deben estar preparadas no solo para competir, sino también para resistir y adaptarse. Mientras que del lado del Estado, este debe de seguir con el camino diplomático y convencer a las autoridades estadounidenses de que los productos peruanos no representan ningún peligro para su economía, ni para su tejido empresarial, sino que somos complementarios.